Fuente Elvira
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INVITA AL VIANDANTE A MOJARSE LOS LABIOS...
Es la Villa del agua, privilegio natural en la que los responsables de las obras públicas de otros tiempos construyeron fuentes y surtidores para cubrir las necesidades de los fraileros, pilares para llenar los cántaros, dar de beber a los hombres y saciar a las caballerías, estructuras hidráulicas urbanas a las que acudían los fraileros para obtener el agua de cada día. Existe en Frailes una nutrida muestra de lo que eran esos pilares por los que todavía mana el agua y son utilizados por muchos para beber, acicalarse o, simplemente, refrescarse.
Frailes tiene una concepción particular en la ejecución de estas obras. En nuestra Villa, el agua es la verdadera protagonista. Su murmullo y su frescura atraen la atención de los transeúntes. Hay pilares que, por lo recóndito de su ubicación, no importa que esté en la vía pública para que los vecinos se sienten a su alrededor buscando la frescura de las tardes de verano. El frailero tiene un trato especial con el agua, la siente muy cercana, es parte de su vida, de su cultura, de su quehacer cotidiano. Sabe que su bienestar depende de la cantidad de lluvia que caiga ese año. Por todo esto, el frailero no ve la fuente como un fin, sino como un medio, un instrumento para el suave murmullo del agua.
Fue en 1958, en la alcaldía de Rafael Moya Alba, cuando se considera que, por lo diseminado que es el casco urbano, sería bueno hacer llegar el agua desde El Nacimiento a los puntos más alejados y se ideó la construcción de una serie de pilares que al mismo tiempo sirvieran de abrevadero. Algunos han sobrevivido hasta nuestros días, aunque han sufrido muchas remodelaciones, otros han sido construidos a finales del siglo XX y, en estos días, están siendo remodelados a fin de lucir con galanura.
Fuente Elvira
Situada en la zona baja de la villa, la fuente recibe el nombre de la calle o viceversa. Esta denominación puede deberse al apellido de algún frailero que viviese junto a ella o de alguna vecina del mismo nombre.
La presentación es peculiar, una oquedad en la roca, con caño de piedra, que deja caer las aguas en la pila. Está rematada con una losa a modo de peineta en donde está inscrito el escudo de Frailes, el blasón de nuestro pueblo, que ostenta cruz, torres y llaves.
El ruidillo y la frescura del rincón invitan al viandante a inclinarse y mojarse los labios.